lunes, 18 de febrero de 2008

el lugar de las ideas

sonaba de nuevo el invierno, sonaba contra el suelo, torrencialmente, en algunos momentos, suavemente en otros, pero no dejaba de sonar, aunque fuesen los pequeños resquicios de lo que hubo sido, que bello es sonar.
Tus ojos frente a mis labios,
tus ojos frente a mi nariz,
tus ojos frente a mis ojos,
mis labios frente a tus labios,
mis manos en tu piel,
tu piel en mis manos,
tu lengua me palpa, me reconoce, me saliva, tus pechos me rozan, tu cuerpo me acoge, me embelesa, me reclama, tus manos me acarician, mis dedos se encogen, se estiran, se encogen de nuevo, te agarran, y te sueltan,
suave...
intenso...,
suave...
intenso...
dejo los besos, están ahí, uso las palabras, mi voz susurra,
bellas palabras,
palabras bellas,
palabras no escritas,
que vuelan, esquivando las gotas,
y suben,
y vuelan,
y suben,
y suben,
hasta que las gotas son nubes,
se encuentran,
con otras palabras que nunca fueron escritas,
y viajan en las nubes,
y caen en las gotas,
en los lugares en que los amantes se besan.

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