domingo, 24 de febrero de 2008

Madre

muerdes tu existencia, te la comes a bocados, muerdes tus anhelos, tus deseos, tus placeres, para regurgitarla sobre mi vida.
infinitas tu ser, infinitas tu presencia, infinitas tu soledad, sin tan siquiera pedir una sonrisa a cambio.
torturas tu mente, torturas tu cuerpo, torturas tu espacio, torturas tus noches pasándolas en vela ante mi ausencia.
santeas cada alimento, exprimes tus jugos, para que los beba en dulces néctares, para que los ingiera en ínfimo tiempo, y marche.
derrotas tu paz, sentada junto a un teléfono, mirando al tragaluz, esperando ver mi imagen desfigurada, que tan solo llega cuando ansío tu explotación, sea en ingeribles, sea en tangibles.
madre.
te convertiste en mi andador, para tan solo andar cinco metros, te convertiste en mis muletas para tan solo andar veinte metros, te convertiste en mi bastón, para tan solo andar cincuenta metros, te convertiste en mi corsé, para sujetar mi columna, limpiaste mis miserias, y cuando supe andar, me fui de nuevo, sin decirte gracias.
sufres mis sufrimientos,
bebes mi angustia,
comes mi pena,
lloras mis lágrimas,
ves tras mis ojos,
sientes en mi piel, cada latigazo de la vida,
caminas delante mía, quitando piedras, apartando ramas, para que no tropiece,
bebiendote los charcos, para que no resbale,
estirando tu piel sobre el suelo, para que yo la pise.

madre eres bella.

4 comentarios:

Rocio dijo...

Me has emocionado a mí también

Te quiero

Anónimo dijo...

Todas las madres (o casi todas) deberían leerlo. Espero que la tuya lo haya hecho, porque será de los mejores regalos que pueda obtener.

Anónimo dijo...

Ufana sensación al notar como nacen efluvios de lágrimas, transmitidos por unas letras, que ponen ante ti la imagen de tan bellas mujeres; LAS MADRES.

OscaR J. dijo...

nunca me di cuenta que agradecer es tanto como amar