jueves, 6 de marzo de 2008

Espejos

Mikel se miraba cada mañana, se sentía guapo, le encantaba su abundante pelo negro, como caía delicadamente sobre su frente, como hacía un gracioso bucle sobre su oreja, su mentón pronunciado, firme y seguro, labios finos arriba, gruesos abajo, ojos verdes y mirada interesante, se sentía bien mirándose, cuerpo firme, atlético, sabía que atraía miradas, y sonreía frente al espejo, eres grande, pensaba, irrompible, incorruptible, mientras se perfumaba, te comes el mundo cuando quieras, está servido para ti, grande, grande, gigante, se vestía poco a poco, disfrutando de sus músculos, abrochándose lentamente cada botón de su camisa.

María se miraba cada mañana, se sentía gorda, tan solo tenía dieciséis años, y veía como le salía un michelín cuando se ponía sus bragas, se las compraba dos tallas mas pequeñas de la que tenía, para concienciarse de donde tenía que caber, y vomitaba, a pesar de haber tomado tan solo un café y una cucharada de special K, dejaba caer su pelo sobre sus pómulos para ocultar su horridez, insegura, ojos azules y mirada interesante, se sentía inferior mirándose, cuerpo de cincuenta kilos, estatura de uno sesenta, sabía que atraía miradas, y se entristecía frente al espejo, eres gordura, pensaba, frágil, vendida, mientras se perfumaba, te comes el mundo, a base de empanadas, grande, grande, gigante, se vestía poco a poco, con tristeza en sus ojos, abrochándose lentamente el botón de su pantalón.

Mikel se la cruzaba cada mañana, y la observaba, que bella es pensaba, que ojos tiene, me tiene loquito.

María se lo cruzaba cada mañana, y lo observaba, que bello es pensaba, que ojos tiene, me tiene loquita.

María un día lo saludó, y Mikel al otro día le habló.

María un día le besó, Mikel un día la abrazó.

María se enamoró, y Mikel la estranguló, le cortó el cuello, y luego la violó.

Mikel se miraba cada mañana en el espejo, y pensaba, soy bello.

4 comentarios:

OscaR J. dijo...

Consejo del día;
Cuando te mires a un espejo no veas lo que quieren ver los demás.

Rocio dijo...

Yo tambien te crucé una mañana, y te observé...y ya sabes que se me encogió el corazón en aquel paso de peatones

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Anónimo dijo...

Asciendo por un nuevo sendero dejando atrás ese sentir. Descubro la serenidad en el país del agobio. Agobio que me dirigía a un malestar inconsciente y huérfano de sentido. En mis ojos veo el reflejo de esos miles de ojos que me miran y me conducen a visitarme.

En mi paseo, respiro el dulce aroma de la Dama de Noche y el frescor de la Lavanda. Tomo aire con fuerza, aparece ante mí un espejo, me miro, no me conozco. Veo un ser difuso y oscuro, a su alrededor vuelan luciérnagas tristes, su luz se va apagando. Este ser me asusta, me da miedo. Decido centrar mi atención en esas tristes luciérnagas, les transmito energía y ellas hacen lo mismo conmigo.
El reflejo del espejo se va aclarando, las pequeñas luces voladoras brillan con más fuerza y revolotean a mí alrededor, iniciando su divertido e incesante juego.

La luz es clara, ahora miro al espejo y sí, soy YO.

Anónimo dijo...

Lo de antes es otra pequeña y vieja historia de espejos. Saludos compañero