miércoles, 5 de marzo de 2008

Orillas

Julio además de un mes, era una persona a la que le gustaba sentarse cada atardecer sobre las rocas de una orilla, le gustaba sentir la brisa marina en su piel, le gustaba el sonido de las olas contra las piedras, y contra la arena, le gustaba oír y observar las aves en el cielo sobre el mar, le gustaba mirar a la lejanía y, en los días nítidos ver el trozo de tierra que se ocultaba tras las olas frente donde siempre se sentaba.

Pasaba desde primera hora de la mañana los días buscando un trabajo, pateandose las calles, recibiendo un si surge algo ya te llamaremos... mil noes... y quizás un par de pásate mañana a ver si hay algo. Así hasta el atardecer, en el que se sentaba en la orilla a sentir que su vida estaba al otro lado del mar, donde la tierra surgía de nuevo de entre las aguas, donde creía que había mil sies, un si hubieses llegado antes, y quizás un par de pásate mañana a ver si hay algo.

No tenia valor suficiente para hacerlo, quizás por que cuando volvía de ver el atardecer, llegaba a la casa donde vivía con sus padres, miraba a los ojos a su pequeña de tan solo seis meses, pensaba; ya perdiste a tu madre, no puedo exponerte a que quedes también sin tu padre. Aunque sabia que sus abuelos cuidarían de ella como lo hacían cada día, el veía como se hacían mayores, como cada vez pasaban mas penurias... quizás por el mismo no tenía el valor, ni siquiera lo sabía.

Un día Julio, fue antes a ver a su pequeña que a ver el atardecer, la beso como si nunca tuviese otra oportunidad de volver a besarla, derramo lágrimas sobre sus manos, derramo suspiros sobre el aire. Beso a sus padres y les dijo; voy a intentarlo padres, lo tengo que hacer por ella, lo tengo que hacer por vosotros, lo tengo que hacer por mi... Su madre rompió a llorar y lo abrazó como si nunca mas tuviese de nuevo la oportunidad de volver a abrazarlo; no lo hagas hijo, no lo hagas por favor. Lo debo hacer madre, lo debo hacer, contestó el. Su padre con los ojos quebrados por las lágrimas le susurró; Hijo, no te vayas por favor...

Julio se zafó de los brazos de sus padres y se marchó.

La orilla le mojaba la planta de sus pies, la arena fría le recordaba que surgiría de nuevo una arena húmeda plagada de oportunidades, miraba las luces de la otra orilla con lágrimas en los ojos, lo conseguiré, por ella, por ellos, por mi...se sumergió en el agua salada, la saboreo en sus labios y sonriendo comenzó a bracear, cada vez mas caliente sus músculos, cada brazada que daba se sentía mejor, cada vez mas poderoso, cada vez mas fuerte, cada vez mas cerca, cada vez mas lejos...

Julio fue engullido por el mar, devorado por los peces, picoteado por las gaviotas... Julio pertenece a los mares. Julio salió de la costa de tarifa buscando la costa africana en busca de una oportunidad, Julio sabia que la mayor pobreza no está en los lugares, Julio sabia que la mayor pobreza está en los corazones humanos.




de OscaR a los que buscan una vida mejor

1 comentario:

OscaR J. dijo...

consejo del dia;
Mira hacia la otra orilla.