lunes, 10 de marzo de 2008

ImaginA

Imagina que naciste del barro,

que tu máximo anhelo sea no secar tu cuerpo, por que de lo contrario te agrietarías poco a poco, hasta que llegase un momento que fueses tan frágil que te derrumbaras del propio peso de tu existencia.

Y no naciste del barro.

Imagina que naciste del agua,

que fueses transparente e insípida, pero tan necesaria para la vida, que todo el mundo quisiera beber de ti, incluso que viviesen en ti seres extraños, a los que ni conocieras ni entendieras, pero que alimentara a las personas.

Y no naciste del agua.

Imagina que naciste del viento,

que soplaras tranquilo en ocasiones, y de vez en cuando te convirtieses en tempestad, que cada persona que te consumiera te convirtiera en distinto aire, al que solo le queda marcharse a conocer plantas que lo vuelvan a curar.

Y no naciste del viento.

Imagina que naciste del sol,

que tu cuerpo fuera puro fuego, que calentaras a tu alrededor, pero que si te acercas demasiado quemaras, incluso sin llegar a tocar, que derrumbes a las personas que nacieron del barro, que des luz, pero no puedas conocer al agua.

Y no naciste del sol.

Imagina que naciste de la luna,

que todos te contemplaran, pero tan solo un par de elegidos te llegaran, para clavar su proeza en tus piedras, y marcharan, que observaras triste a los amantes, sintiéndote sola para la eternidad.

Y no naciste de la luna.

Imagina que naciste de las estrellas,

que te vieran las noches claras, pero que para conocerte mejor hubiese que huir de las luces de la ciudad, que al ser fugaz todos te pidieran un deseo, pero que nadie tuviera en cuenta los tuyos.

Y no naciste de las estrellas.

Imagina que naciste de ti.

Y no imaginas.

1 comentario:

OscaR J. dijo...

consejo del dia;
imaginar tambien es vivir.